ACOMPAÑAMIENTO FAMILIAR

Misión Menos Pobreza, Más Desarrollo

La protección social, incluye herramientas como transferencias monetarias, la accesibilidad a servicios, y, a su vez, incorpora acciones encaminadas al apoyo y cuidado para quienes se encuentran en grupos que enfrentan mayores niveles de exclusión (Martínez Franzoni, 2014). De esta forma, la protección social integra mecanismos que actúan como medidas de reparación para atender a quienes se les ha negado el ejercicio de derechos de manera estructural (Artigas, 2005). Por tanto, la protección social se consolida como un instrumento fundamental para el efectivo ejercicio de derechos (Rangel, 2011).

En el marco del apoyo y cuidado, los modelos de acompañamiento familiar se desarrollan como estrategias para atender, de manera directa, a las poblaciones en mayor situación de vulnerabilidad. El acompañamiento familiar, dentro del ámbito de las intervenciones de protección social, se fundamenta en un proceso de consejería estructurada de largo plazo, que permite modificar prácticas sociales para mejorar la seguridad y el bienestar.

El acompañamiento familiar se desarrolla mediante un sistema de registro que, a través de la interacción profesional en el ámbito psicosocial familiar y personal, realiza seguimiento a los procesos de corresponsabilidad, a la participación y evalúa los logros alcanzados. Con la interacción profesional se busca generar mayor autonomía familiar, mayor participación social y económica y, transformar comportamientos y prácticas familiares para organizar de mejor manera los recursos y ejercer derechos. (Jara & Sorio, 2013).

Este acompañamiento familiar, que por sus características se conoce también como acompañamiento socio-asistencial, permite identificar y atender a los núcleos familiares beneficiarios en situación de riesgo y vulnerabilidad, así como reconocer y referir a aquellas familias en incumplimiento de corresponsabilidades, con el fin de evitar bloqueos en los procesos de protección social. El seguimiento continuo permite realizar el análisis de las condiciones específicas del núcleo familiar y promover efectivamente los procesos de movilidad social ascendente. (Gazola Hellmann, 2015).

Así, por medio de las visitas domiciliarias y el monitoreo permanente de acciones, se garantiza el cumplimiento de las condicionalidades de acuerdo al índice de pobreza del Registro Social, en corresponsabilidad con el núcleo familiar. Específicamente, el acompañamiento familiar procura el cumplimiento para salud y educación en varios componentes, detallados a continuación:

Salud

Planificación familiar: consulta de salud sexual y reproductiva.

Controles prenatales para gestantes con al menos cinco controles al año.

Controles preventivos a niños menores de 5 años:

Niñas y niños de 0  a 1 año:  6 controles médicos al año.

Niñas y niños de 1 a 2 años:  4 controles médicos al año.

Niñas y niños de 2 a 5 años:  1 control médico mínimo al año.

Educación

Matrícula en el sistema educativo.

Permanencia a clases.

Erradicación del trabajo infantil.

Inclusión dentro de los diferentes programas del sistema educativo:

Educación Inicial.

Educación General Básica.

Bachillerato.

Educación Especial e Inclusiva.

Educación para la democracia y el buen vivir.

Programa de educación Todos ABC.

El objetivo de la corresponsabilidad, es evitar el uso incorrecto de los recursos por parte de los usuarios del Bono de Desarrollo Humano Variable y, garantizar de alguna manera que estos sean utilizados conforme a los objetivos planteados para la Misión, relacionados al cumplimiento del fortalecimiento de capacidades y la intersectorialidad en la ejecución de las políticas públicas.

En función de aquello, el monitoreo permanente permite la identificación de alertas en relación al incumplimiento de alguna de las condicionalidades, posterior reforzamiento  del acompañamiento familiar y cumplimiento efectivo de la corresponsabilidad.