Con la presencia de 400 representantes de cooperativas, cajas de ahorro y crédito, y bancos comunales, la mañana de este jueves 15 de octubre, el vicepresidente de la República, Jorge Glas Espinel, inauguró el IX Encuentro Nacional de la Economía Popular y Solidaria, que se desarrolló en Quito.

El acto contó con la presencia de los viceministros coordinador de Desarrollo Social, Etzon Romo; y la viceministra de Inclusión, María Fernanda Maldonado; así como de la presidenta de la Red Nacional de Finanzas Populares y Solidarias del Ecuador (Renafipse), Dolores Solórzano.

El objetivo de este encuentro, organizado por la Red Nacional de Finanzas Populares y Solidarias del Ecuador, fue conocer y difundir los mecanismos de incidencia e impacto de la economía popular y solidaria en el desarrollo del país.

Durante su intervención, el vicepresidente Jorge Glas destacó el crecimiento de la economía popular y solidaria, al tiempo que calificó a esta actividad y a sus actores como protagonistas del cambio de la matriz productiva.

Indicó que es necesario tomar conciencia de la importancia de la asociatividad y destacó el rol fundamental de la Renafipse. Aseguró que la economía popular y solidaria es un modelo sostenible y viable que se fortalece desde la política pública. En este sentido, subrayó que el gobierno nacional ha colaborado desde la línea del financiamiento, la asistencia técnica y la estimulación a la acción colectiva.

“La oferta de los actores de la economía popular y solidaria se ha diversificado en los últimos años, e indudablemente el rol de las compras públicas ha desempeñado un factor positivo para este sector”, indicó Glas.

Destacó que en la actualidad los actores de la economía popular y solidaria ya no son solo proveedores del Estado, sino que trabajan con la empresa privada, lo que significa que la oferta productiva se ha fortalecido. “Romper con esa visión asistencialista y verlos como actores productivos es la meta”, acotó y ratificó que esto le permite al país contar con una nueva economía basada en el emprendimiento y en un cooperativismo sano y productivo.

Por su parte, el viceministro coordinador de Desarrollo Social, Etzon Romo, calificó a la economía social y solidaria, como una herramienta para la generación de empleo formal, que busca la redistribución equitativa de la riqueza y que también contribuye a la erradicación progresiva de la pobreza.

El viceministro destacó que desde la política pública se trabaja en la equidad de género, por ello se impulsa en el acceso de las mujeres a créditos de fomento productivo, hecho clave para romper los círculos de violencia ligados a la dependencia económica.

Para Romo es necesario construir una nueva economía, una economía humanista que reconozca al ser humano como sujeto y fin de todas las políticas públicas. “Somos un gobierno humanista que reconoce el derecho de todas y todos al buen vivir. Reconocemos y valoramos todo trabajo humano sobre el capital. Buscamos ser felices en armonía con la tierra, la comunidad y el ambiente”, manifestó.

Por su parte, la viceministra de Inclusión Económica y Social, María Fernanda Maldonado, indicó que la redistribución equitativa de la riqueza es uno de los fundamentos de la economía popular y solidaria. “Cerca del 50 % de la Población Económicamente Activa está inmerso en este sector”, puntualizó.

Señaló que según los datos de la Superintendencia de la Economía Popular y Solidaria existen al momento 8.300 organizaciones con personería  jurídica, de las cuales 2.500 son cooperativas.

En esta línea, la presidenta de la Red Nacional de Finanzas Populares y Solidarias del Ecuador, Dolores Solórzano, agradeció el apoyo del gobierno nacional en la potencialización de la actividad productiva de este sector y destacó el reconocimiento constitucional y jurídico.

Concluyó indicando que la economía popular y solidaria debe apuntar hacia la superación de la pobreza. “Lo que captamos se queda aquí en este territorio, generando fuentes de trabajo, dando un vida más digna a miles de familias”, aseguró.